sábado, 24 de mayo de 2014

Hablamos de instrumentos


Cara, fallaste al aprender. Cruz, fallé al enseñar.
Glasbergen

Discrepar es también una forma de acercarse.
Alberto Flores Galindo

Bien sabido es que la evaluación como actividad requiere de instrumentos para garantizar los aprendizajes deseados. Sin embargo la incertidumbre, empieza a aparecer  al momento de elegir uno de ellos.

"Toda crisis es un incremento de las incertidumbres. La predictibilidad disminuye. Los desórdenes se vuelven amenazadores. Los antagonismos inhiben a las complementariedades, los conflictos virtuales se actualizan. Las regulaciones fallan o se desarticulan. Es necesario abandonar los programas, hay que inventar estrategias para salir de la crisis. Es necesario, a menudo, abandonar las soluciones que solucionaban las viejas crisis y elaborar soluciones novedosa". Partiendo del pensamiento complejo del sociólogo francés Edgar Morin, debemos esperar lo inesperado y el sistema educativo es precisamente un sistema complejo y diverso que no está determinado sino abierto al descubrimiento.

Por lo cual, el proceso de elección de un determinado instrumento debe estar en función de tipo de aprendizaje que se quiere evaluar, o sea en palabras sencillas qué quiero medir y  para qué. Del mismo modo es preferible evitar  tanto subestimar como sobrestimar el instrumento. La aplicación de éstos guarda relación directa con los resultados y una valoración de la propia evaluación. Este juicio de valor podría ser peligroso si se llega a encasillar a un alumno como malo o en el extremo a expulsarlo del sistema educativo por haber fracasado.

Si bien los instrumentos son materiales necesarios para la práctica evaluativa, es el docente quien realiza una práctica reflexiva en el proceso de enseñanza aprendizaje. No tener maestro es no tener a quién preguntar y más hondamente todavía, no tener ante quién preguntarse, nos dice María Zambrano.
El proceso de aprendizaje no consiste en acumular datos carentes de significado real, la educación está además relacionada con la experiencia y la reflexión. Es por ello que la evaluación además de ser ética debe ser coherente.

Referencias bibliográficas

Morin, E. (1994). Introducción al pensamiento complejo. Barcelona: Gedisa. Pág. 117.
Zambrano, M. (1965). La mediación del maestro. Revista: El cardo.

Bonus

Película Lugares Comunes (Fragmento): "Pónganse como meta enseñarles a pensar, que duden, que se hagan preguntas. No los valoren por sus respuesta, las respuestas no son la verdad...Despierten en sus alumnos el dolor de la lucidez, sin límites, sin piedad".

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